Cuidado con el mar
Cuando eres joven solo piensas en divertirte e ir en contra de todas las reglas sin medir el peligro inminente que acecha al menor descuido.
Mi segunda anécdota relacionada con el agua, tuvo lugar en un pintoresco y pequeño pueblo costero, éramos un grupo mixto y diverso de jóvenes encantados con la vista de ese pueblito junto al mar. El cual tenía un curioso malecón donde se podían ver los barquitos pesqueros, así como el ir y venir de personas comprando pescado fresco, un ambiente tan natural y sencillo.
Estábamos tan extasiados contemplando ese ambiente, que no supimos cómo ni a quien se le ocurrió la brillante idea de meterse al mar, siendo que ni siquiera era playa publica, era mar abierto, la arena era oscura había rocas pero nos metimos tres chicas, queriendo solo disfrutar el momento.
Sin embargo al ser mar abierto el oleaje era muy fuerte, y poco a poco nos fue llevando mar adentro, por fortuna el resto de jóvenes amigos que se quedaron en la orilla se percataron y empezaron a gritarnos, era evidente que no podíamos regresar por nuestra cuenta, solo nos quedaba mantener la calma y tratar de mantenernos unidas, mientras que nuestros amigos junto con varios pescadores realizaron una cadena humana para poder llegar hasta nosotras.
Cuando al fin nos sacaron del agua, solo nos limitamos a agradecer, pero no pudimos decir nada a nuestros padres.
Comentarios
Publicar un comentario